Cefalópodos
La clase Cephalopoda o cefalópodos, la constituyen el grupo de los moluscos marinos más evolucionados, puesto que poseen un desarrollado sistema nervioso, lo que sumado a su excelente visión, y sus fuertes tentáculos llenos de ventosas, los convierte en grandes depredadores, luchando incluso con grandes vertebrados como el cachalote, en el caso de Architeuthis.
Architeuthis luchando con un Cetáceo
Architeuthis, 12 metros de largo
La clase de los cefalópodos, esta subdividida en tres subclases, cada una con sus características particulares y evolución independiente. En nuestros días sobreviven unas 90.000 especies de moluscos, de las cuales 650 pertenecen a la clase de los cefalópodos (pies en la cabeza), lo que contrasta fuertemente con las más de 10.000 especies que existieron en el pasado. Los cefalópodos se iniciaron en el Cámbrico y se desarrollaron hasta nuestros días.
Subclase Ammonoidea Subclase Nautiloidea Subclase Coloidea
Nautiloideos
Subclase Nautiloidea, muy abundante durante la era Paleozoica y que hoy cuenta con el género Nautilus como único sobreviviente. Los Nautiloideos fueron un grupo que dio origen a las otras dos subclases, la Ammonoidea y la Coloidea.
Los primeros y más primitivos nautilos tenían conchas rectas o suavemente curvadas, con ornamentos transversales y longitudinales, estos son los Ortoceratidos y que alcanzaron formas que superaban los dos metros de longitud. Con el paso del tiempo evolucionaron hacia un enrollamiento planoespiral de la concha.
Coloideos
La Subclase Coloidea que incluye ciertos fósiles como los Belemnites y la mayoría de los cefalópodos actuales como las Sepias, Calamares y Pulpos.
Ammonoideos
Subclase Ammonoidea con ejemplares que habitaron todos los mares desde el periodo Devónico al Cretácico, y son los que revisten mayor importancia para los paleontólogos, por ser fósiles que nos permiten fechar los estratos (fósiles guías).
Los Ammonites son un grupo de fósiles de invertebrados marinos de la clase de los moluscos cefalópodos, cuya característica fundamental era su concha enrollada en espiral, con una serie de cámaras que servían como elemento para el cambio de nivel en las profundidades oceánicas. Estas cámaras estaban atravesadas por un conducto denominado sifón, que se sitúa en la periferia de la concha, y que era el encargado de introducir líquido o gas al interior de estas cámaras para el propósito antes descritos.
Comenzaron su evolución en el periodo Devónico, hace más de 300 millones de años, y se extinguieron completamente en el periodo Cretácico, hace unos 65 millones de años, quedando su pariente el Nautilus de concha camerada, como único sobreviviente.
Los ammonites son parientes de los pulpos y calamares actuales, que vivieron en los mares del pasado en el mundo y en Chile. Son de gran utilidad para los paleontólogos, ya que sirven para calcular edades relativas, por lo que reciben el apelativo de fósiles guías.
Son de rápida evolución, poseían una amplia distribución geográfica y fueron muy abundantes. Los podemos encontrar a lo largo de todo nuestro país en la Cordillera de la Costa y en la Cordillera de los Andes.
Uno de los más famosos yacimientos está en el sector de Baños Morales y Lo Valdés, a unos setenta kilómetros de Santiago, conocido como Formación Lo Valdés.
Este yacimiento constituye un conjunto estratigráfico esencialmente marino que se caracteriza por la abundancia de fauna fósil invertebrada –en especial de cefalópodos, bivalvos y gastrópodos–, lo que permite saber que el ambiente corresponde a un mar poco profundo, que llegaba hasta unos doscientos metros.
Reconstrucción paleobiológica de Ammonites, de José Lemos Caro
Características Generales de los Ammonites
La Concha
La concha es de forma espiral, abierta o cerrada, esta dividida en una serie de cámaras que contienen un líquido llamado “líquido cameral “, y probablemente un gas. Estas cámaras están separadas por una pared o tabique llamado septo, que se encuentra presente en toda la parte interior de la concha, las mismas se encuentran atravesadas por un conducto carnoso llamado sifón, al igual que en los nautilos con la diferencia que en los ammonites éste pasa por la periferia.
La concha posee varias cámaras internas pequeñas y una grande donde se aloja el animal llamada cámara habitación a medida que el animal crece se van creando nuevas cámaras, por lo cual cada cámara representa un estado de crecimiento del animal Este caparazón puede tener varias dimensiones. Se conocen ammonites muy pequeños de solo algunos milímetros hasta especies gigantescas que alcanzaron más de tres metros en la especie Pachidiscus seppenradensis.
La concha también estaba ornamentada con una serie de costillas transversales que podían ser finas o gruesas o una mezcla de las dos. Muchas de estas conchas tenían espinas y tubérculos que la adornaban, sirviéndoles también para defenderse.
Tipos de Enrollamiento
Una de las características importantes de los ammonites es su concha enrollada en espiral, sin embargo se han encontrado una serie de ammonites con diferentes tipos de enrollamientos que afectan el modo de vida dentro de su ambiente.
Podemos encontrar a lo menos cinco tipos diferentes:
1.- Enrollamiento involuto
Concha de ammonites de espiral plana, donde las vueltas de las espirales van cubriendo totalmente a las anteriores.
2.- Enrollamiento evoluto
Concha de ammonites de espiral plana, donde las vueltas de las espirales no se tocan, y por tanto las cámaras iniciales están a la vista.
3.- Enrollamiento turritulado
Concha de ammonites con espiral elevada en forma de torre, similar a los Gasterópodos.
4.- Enrollamiento parcial o recto
Concha espiral muy evoluta o desenrollada, que consiste en una concha alargada, con una pequeña espiral en su zona distal, (Baculites).
5.- Enrollamiento heteromorfo
Concha de ammonites que se arrolla en forma caprichosa, sin alcanzar la forma planoespiral, lo que involucra un modo de vida diferente al resto.
Los Ammonites, desarrollaron una serie de tubérculos y espinas en toda la espiral, lo que impedía que fueran mordidas con facilidad; los tabiques o paredes internas se juntaron más y su forma se complico ya que sus líneas de suturas presentaban rugosidades o arborización, con la finalidad de aumentar la resistencia de la presión marina, lo que le permitiría bajar a grandes profundidades para arrancar de sus atacantes. Por último las costillas, que son ornamentos de disposición transversal en las espirales, se hicieron más gruesas y fuertes, lo que aumentaba la resistencia de la concha a las mordeduras de los depredadores.
Las conchas de los Ammonites, se comprimieron haciéndose más veloces e hidrodinámicas. Algunos estudios han demostrado que la forma discoidal comprimida de la concha en algunos, se adapta mejor a la natación rápida, todo lo cual concuerda con sus costumbres nectónicas, tales animales debieron ser excelentes nadadores, no así otros como los Ammonites heteromorfos o aquellos que teniendo concha discoidal, la misma no era comprimida si no globosa y a veces muy ornamentada, lo que indudablemente sería un impedimento para nadar con soltura. Este tipo de animales habrían tenido con seguridad un modo de vida distinta a los nadadores, arrastrándose en el fondo marino o aún viviendo de modo sedentario.
Reproducción
Todos los ammonites son unisexuales, y suelen presentar caracteres sexuales secundarios que afectan la estructura y forma de la concha, la fecundación es interna; en el macho existe entre sus tentáculos, uno que es especial por estar involucrado directamente en la reproducción, llamado hectocótilo, portador de los espermios llamados espermatóforos, en tanto las hembras poseen glándulas nidamentarias, cuyas secreciones es utilizada para aglutinar los huevos. Su apareamiento se producía frontalmente entrelazando sus tentáculos. El hectocótilo se introduce en la cavidad del manto de la hembra y deposita los espermatóforos en la pared de dicha cavidad, en donde tiene lugar la fecundación.
Formación Lo Valdés
La Formación Lo Valdés está constituida por una serie de estratos casi verticales que afloran en la cordillera, y están interrumpidas por una corriente fluvial provocada por el río El Volcán”, que los cruza. La edad de la formación ha sido situada en el Jurásico Superior al Cretácico temprano (120 a 140 millones de años, del Titoniano al Hauteriviano), constituida por calizas, lavas submarinas, areniscas y lutitas grises.
Encontramos evidencias de gran actividad volcánica y glacial en el sector. Además, existen varios géneros que representan las formas de vida de Lo Valdés como Trigonias, Euriphylas, Pholadomyas; y ammonites como los géneros Spiticeras, Paracrioceras, Aulacosphinctes, entre muchos otros. Existe también una especie de tamaño grande del género Titanites y vida vertebrada representada por peces del género Lepidotus, y reptiles marinos.
En el sector también encontramos evidencia costera continental como la presencia de rizaduras de arena o ripple marks, que son ondulaciones de la arena producidas por el agua en movimiento en la orilla del mar, ríos o lagos. Otro elemento característico es la presencia de cuarteamientos poligonales que se producen en sectores de sequedad el terreno como producto de una sequía.
Columna estratisgráfica de la Formación Lo Valdés.
Vistas panorámicas de la Formación Lo Valdés. Fotografía: Juan Castillo Cornejo.
Deposición de Fondo
Al morir los ammonites puede ocurrir que la concha quede con mucho líquido en sus cámaras, provocando que las conchas terminen depositándose en el fondo marino. Esto se refleja en que quedan depositadas de tal modo que se van agrupando o amontonando unas encima de otras, siendo posible encontrar capas de sedimento con ammonites de diferentes especies.
Deposición de fondo
Deposicón de Playa
Al contrario de la deposición de fondo, en la deposición de playa las conchas pueden quedar con gas o aire en su interior haciendo que las conchas floten, y de este modo las corrientes marinas transporten las conchas hasta las playas. En este tipo de fosilización las conchas están aisladas y no se encuentran amontonadas.
Deposición de playa
Extinción de los Ammonites
Una de las características más notables de los ammonites es su rápida evolución, en otras palabras su desarrollo filogenético alcanza un rango de entre un millón y dos millones de años, por tanto, muchos ammonites nacían y morían como especie; sin embargo estos murieron rápidamente producto de la gran catástrofe originada por la caída de un meteorito hace 65 millones de años. La presencia de porciones de Estroncio encontrados en algunas conchas de ammonites supone una lluvia ácida como consecuencia del roce de este bólido con la atmósfera terrestre.
Proceso de Fosilización
El proceso de fosilización es el que permite contar con buenos o malos especímenes para un posterior estudio de una forma de vida del pasado. Esto depende de varios factores, como la rapidez de sepultación, lo fino o grueso de los sedimentos, la alteración del terreno por los movimientos tectónicos, etc. Un excelente ejemplo para mostrar el proceso de fosilización es el de los ammonites, pues son un grupo abundante de invertebrados marinos en el pasado de Chile:
1.- El Ammonite vive en su ambiente, muere por alguna causa –como el ataque de algún reptil marino–, o por causa natural. Sus partes blandas son consumidas por carroñeros y las bacterias degradan el cuerpo.
2.- Su concha vacía queda en el fondo o a la orilla del mar, donde es rellenada por barro o sedimentos y recubiertas por el mismo.
3.- Este molde queda protegido por capas de sedimento, que posteriormente los paleontólogos excavan, para extraer estas valiosas piezas paleontológicas.
4.- Posteriormente queda un molde interno de la concha, mostrando su estructura.
Proceso de fosilización de un Ammonite. Ilustración: Bruno Hernández.